lunes, 28 de mayo de 2007

GEORGE RODGER

GEORGE RODGER nació en Hale, Reino Unido, en 1908. Desde niño fue independiente, silencioso, discreto y aventurero. A los 17 años su padre lo sacó de la escuela por su mala conducta y lo mandó a trabajar a una granja. Aburrido, a los pocos meses decidió tomar un barco carguero rumbo al Medio Oriente. A partir de entonces no dejó de viajar.

Aunque comenzó a tomar fotografías a los 15, su sueño era convertirse en escritor. Toda su vida registró sus andanzas en un diario. A sus 21 años, Rodger decidió buscar suerte en los Estados Unidos, pero 1929 no era precisamente un buen año para encontrar empleo. Aún así, sobrevivió a la Gran Depresión trabajando en diversas fábricas y granjas.

En 1935 regresó a Inglaterra derrotado moralmente y sin dinero. Azarosamente vio un anunció en el Daily Telegraph de la BBC que le cambiaría la vida: requerían a un fotógrafo. Con una carpeta de 6 fotos Rodger obtuvo el trabajo. Así comenzó una nueva etapa de aventuras y anécdotas, pero también de dolorosas tragedias personales que fueron moldeando su carácter y su obra.

Rodger trabajó dos para la BBC, los cuales le permitieron afianzar sus conocimientos técnicos para después renunciar y buscar que una agencia de prensa lo representara. Para entonces tenía muy claro que quería ser un fotorreportero. Pronto procuró hacerse de una cámara Leica y una Rolleiflex para entrar de lleno a su profesión. Comenzó a publicar en numerosas revistas y desde un principio escribió los textos que acompañaban sus imágenes. Rodger fue un fotógrafo que contaba historias.

En 1940 cuando los alemanes bombardearon Londres, la revista Life lo invitó a colaborar con ellos. A partir de ese año y dado el éxito de sus reportajes, Life lo envió como corresponsal a África durante dos semanas que se convirtieron en dos años. De esta manera, Rodger pudo aprovechar su vasta experiencia como superviviente de la Gran Depresión y comenzó a realizar sus mejores trabajos. Poco a poco fue conociendo a varios de los grandes fotorreporteros de la época y se fue haciendo muy amigo de ellos, entre ellos se encontraban Robert Capa, Hans Wild y Bill Vandivert.

Muchas de sus fotografías se convirtieron rápidamente en iconos; entre ellas, las que tomó en el campo de concentración de Bergen-Belsen (1945), pocos días después de la liberación de Alemania. Esa serie de fotografías que han dado la vuelta al mundo, son de las más inquietantes en la historia de la fotografía. Se entiende que esta experiencia desoladora haya marcado a Rodger por el resto de su vida, al grado de rehusarse a ver sus propias imágenes durante los siguientes 45 años.



Durante la Segunda Guerra Mundial, Rodger fue corresponsal de Life en 61 países. Su meta, decía, era la de fotografiar a personas comunes en situaciones extraordinarias con una dosis de humor. Fue África el lugar que más le apasionó y al que regresó más de 15 veces para hacer reportajes sobre diferentes tribus.

George Rodger murió en Smarden (Kent) en 1995 habiéndonos dejado un gran número de fotografías de valor incalculable para la historia del siglo XX.
















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